Retablo de San Onofrio

Isola San Lorenzo

Luca Signorelli
óleo sobre lienzo
1484

El cuadro procede de la capilla dedicada a Sant’ Onofrio en la Catedral de Perusa, sobre la que tuvo el patrocinio la familia Vagnucci de Cortona. Uno de los miembros más ilustres de la familia, Iacopo, fue obispo de la ciudad de Umbría desde 1449 y fue el artífice del cambio de estilo renacentista de la Catedral. En el transepto derecho estaba la capilla en la que fue enterrado Iacopo Vagnucci y que tenía la Pala (el Retablo) de Luca Signorelli. La pintura, dotada de un marco ahora perdido, es muy importante porque constituye un punto fijo en la carrera artística de Signorelli, ya que el período de formación y el inicial de la carrera del pintor conllevan considerables problemas críticos.

Signorelli demuestra haber adquirido con seguridad los temas centrales de la pintura de su tiempo y da una obra de gran completitud estilística. La composición y disposición de las figuras, inmersas en un paisaje abierto, se construyen con gran equilibrio y la luz, junto con el color, define claramente cuerpos y volúmenes. Destaca la figura del ángel que afina un laúd, un homenaje a las composiciones en boga en la zona del Véneto. El bodegón del jarrón de cristal en primer plano, sencillo y al mismo tiempo admirable, remite al arte flamenco y en particular el Trittico Portinari (Tríptico Portinari) de Hugo van der Goes.


 

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