Sala de los colores

La Stanza dei colori (Sala de los Colores) casi parece la cueva de un mago, el "mago del vidrio", como Uguccione Ranieri di Sorbello define a Francesco Moretti en su Perugia de la bella Época. Hay más de 750 botellas de vidrio de todos los tamaños, llenas de los más variados pigmentos, una verdadera paleta para un pintor exigente que quería obtener mil matices y claroscuros en el vidrio como en un lienzo. Y luego el horno para el fundente, que, mezclado con los pigmentos, le habría permitido crear pinceladas indelebles sobre las teselas de vidrio cocidas a 600° centígrados.

De hecho, aprovechándose de las experiencias de otros maestros vidrieros y después de varios experimentos e intentos (apoyados por un estudio profundo de la alquimia y la química) para lograr la correcta composición de un fundente vítreo, Moretti perfeccionó una técnica para la preparación de colores con el fin de que se fundieran en el vidrio y se volvieran indelebles. Estos pigmentos han sido catalogados y, en parte, analizados por dos estudiantes universitarios para sus tesis de grado.